martes, 9 de febrero de 2010

María Aída

Amanecía radiente
sol americano
con ríos de sangre bárbara
dos ancestrales fuentes la recorrían.

Manos blancas
protectoras nubes
acariciaban mis sueños
y cultivaban mis dichas infantiles .

Voz firme
Vulcano recibía sus plegarias,
luchaba la libertad
atada en un límite que no aceptaba.

Andaba bajo la gran Perla
por caminos solitarios ,
la hemos dejado ir
como una música que nos ha bendecido .

Resuena ahora
en los corazones
y me desarmo en el éxtasis
de un amor que no se pierde

que nos ha ganado
para siempre.

Haikus

1
Lapachos en flor
sonrisas de invierno
alientan amor

2
La flor de Francia
me ha dicho el secreto:
que tú me amas

3
Desviste el soplo
sueños del verano
desnuda el alma