Tiempo de inocencias
Tiempo de inocencias
amorosas
Tiempo que consumió ese fuego.
Otro es hoy
mi espejo.
Mi pie desnudo,
ardiendo sobre la vida,
reconociéndola en sus cenizas,
traza otros juegos.
***
Mañana distante
Mañana distante
Veo otros
caminos
y el mío.
Mañana distinta.
Recobrar el tiempo,
vestirse de novedad
increíble.
Mañana distraída.
Olvido el rostro
que persigo.
Duermo sobre la roca
toda ensangrantada de la vida.
Mañana acariciada
en la piedra
que me dice
que está y estoy vivo.
***
Tendido
Tendido
en el deseo
de ser arco y flecha
entre tus dedos.
De soltarme desde vos
conmigo mismo
yendo a vos de nuevo.
Dormiré,
soñaré
este vuelo,
esta siesta
donde muero,
en el incendio
de mis dedos.
***
Húmedo
A G. de L.
Húmedo
en la hoja
de la vida.
Me tienta la única caricia
que soporto.
Tus labios.
***
En una ciudad cualquiera
donde reinan la ambición y la hipocresía.
Ante pájaros
que dibujan el alba
hombres oscurecen sus ojos
-no respiran sus almas-
La furia del mundo
golpea, insulta,
destruye.
Siempre vuelve ese primer
grito de guerra,
al mismo tiempo
que otros labios piden paz.
***
Un ojo
Un ojo
tu ojo
Caribe.
Tu escultura,
tu labio y boca
me buscan.
Me dejo
encontrar en el fuego,
en tu mar ojo
profundo
me baño.
Un ojo
mi ojo
se miran.
***
A un niño con sombrero
de ballena verde
Habla en colores
e instala la original
alegría.
Es un niño
que nada pregunta.
Sonríe y transpira
vida.
***
Respiras
Respiras
y me abro en latidos
sinfónicos
para dar a luz felicidades
instantáneas.
Yo, un hombre.
***
Mi ojo
Mi ojo
Sobre tu cuerpo bello,
en tu secreto.
Soy la última pieza
del rompecabezas,
y la estallada dicha
de la coincidencia
cuando te siento.
***
No explores el por qué
No explores el porqué.
No lo sabrás:
eres tú.
***
Aroma a café
Aroma a café
en la mañana anaranjada.
Sobre la mesa,
una taza solitaria
y el evaporado
amor.
***
Cruje la vida
Cruje la vida
en los bosques de mayo
que guardan la nostalgia
del verano.
(Tocando la arena
de Mar de las Pampas
en mis bolsillos)
***
Para Augusto Etchecopar (1916-2006)
En casa el bastón
ya no dirá
tu presencia.
A tu voz
se la lleva el tiempo
mas no el olvido.
Descansarán en mi
tu mirada de agua,
el Sahara de tu cabeza
y los cuentos de mil y una noches.
Será infinito el recuerdo
como la sonrisa.
Serás la eternidad encontrada.
***
A la Condesa de Odessa
Río de risas
suaves,
caricias del primer verano
que se abre paso
entre los sauces.
Llega.
Y los pies son de brisa.
El rocío
sobre los cuerpos.
La sonrisa
sobre la vida.
(Poemas del libro: Desorden -en versos-. Bs. As.: Posse Aranda Grupo Editor, 2008.)
