viernes, 4 de septiembre de 2009

Un poema de René Char

IV Joven caballo de cris vaporosa

¡Cómo eres bello, tú, primavera, caballo
atravesando el cielo con tus crines,
desparramando espuma por los juntos!
Todo el amor está de pie en tu pecho:
desde la Dama blanca que nos llega del África
hasta la Magdalena ante el espejo,
el ídolo que lucha, la gracia que medita.