viernes, 26 de junio de 2009

Nuevos poemas de mi próximo libro

Mi próximo libro será "El libro de las horas" (2009).

Aquí les presento un avance.



DOMINGO


Maitines


Desperezo sueños
Silencio temores
Lleno alforjas
De coraje
Visto una túnica
Los pies descalzos
Rozan el polvo y el agua
Aligero el paso
Ahondo el dedo en la fuente
Bebo la belleza
Me aquieto
Y mis ojos
Se detienen en ese rostro,
Y esas pupilas de miel
Que espían.
Un juego
Que es oración.
Comienzo el canto florecido
Enloquecido
La vida bulle
Y yo
quedo anonadado
Sin saber
Quién seré



Laudes

Me descalzo para llegar
a ti
Liberado de medias
Me pongo a danzar
En tu Palabra
Entre cantos y algodones
Canto
Mi miseria
Y la de todos
Le ponemos nombre a las cosas
Así mismo el dolor
Que nombramos.
Y al final de cada lamento
Un deseo de encontrar el límite
Del absurdo.
El alma se calma
Reposando sobre tu Palabra
Callada.
Arranco una flor
Para ofrendártela
Contento de haber cumplido el rito.
Choco en mi estrechez y
Me despliego
Con la aurora abierta
Me cedo a Ti en ella
Me dono a mi mismo
Belleza



Prima

Saciado
comienzo la tarea infinita
De los trabajos y los días.
Ando y olvido las sendas
Vistiéndome de habituales
Gestos y palabras
Limpio
Los aires de temores
El silencio original
Me sorprende.
Me atrapa
Y la campana
De nuevo al oratorio.
El oratorio de la Mente.
No pudiera orar
En los márgenes.
La suave brisa me dice
El busca
La campana sigue llamando
Y en los antiguos corredores
Sus pasos
me convocan



Tertia

Esos ojos
Que miran el Sena
Los veos frente a los míos
Sin color.
Ellos encierran los del mundo.
¿Qué pensará y sentirá Iqbal
al mirar el río?
Su piel avivada por el sol.
Piel milenaria
Quisiera acariciar
Corazón sosegado como el agua de la fuente del templo.
Entro a orar en ese recinto desconocido
Con intuiciones
Y deseos.
La plegaria de la media mañana
Arde
Pequeño fuego
Nunca más se apagará.
En la encendida mañana
Mis ojos lo vieron por última vez.
Pedí desde entonces reencontrarlo
Ahora aparece en mi recuerdo
Y otra vez más
Termino el rezo inclinándome.
Amen.

Sexta

En el cenit
del latido
Suspendido
En ese perfume
Que es sólo tuyo
Me extasío.
Me acurruco en él
Sobre tu costado me baño
En el agua sublimada de tus sueños.
Teñidos los párpados
Y los gestos
De tu encanto
Me inclino ante el Supremo
Misterio de un Amor
Descalificado.
Un Amor que sangra
Y ríe. Sonriendo al Amor
Desgrano tu sonrisa secreta
Entre mis manos
Y saboreo la dicha
De cosas que no has vivido
a mi lado.
Alejados
Estamos más próximos.
Sobre tu recuerdo mi mano
Sobre mi soledad
Tu ausencia.


Nona

Reposar en la nube
Que me anima
Sentir cómo caen
Eternas
Las margaritas doradas del Japón
Sobre el cuerpo:
Es quizás una premonición
Este deseo


Vísperas


Mi inhóspita salmodia
duele en el alma
Y me voy con el crepúsculo
Buscando el bálsamo de mi herida
Profunda.
El niño que sonríe me devuelve
llaneza.
Cierro mis ojos con el crepúsculo
Me visto de hondura
Y transparencia oscura.
Dejo a sus pies
La desdicha
Recojo el ánfora de la alegría:
Bebida para la cena.
Los sueños me declaran divino.
Rezo
Los versos de Friedrich, de William.




Completas

En verano es bueno
darse un baño
Y salir por el campo
En los primeros instantes oscuros.
Voy reconociendo las constelaciones
Y las luces
Que desde niño me acompañan.
Una luciérnaga –que otros dirán tuquitos-
Juega y ora.
La encierro en el cuenco
De mi mano
Que se ilumina
Como un cristal teñido de la luz
Que cobija.
Giro y giro de dicha.
Y no tengo a nadie a mi lado
Para dársela.
Abro el hueco traslúcido:
Ella vuela
Delicadamente torpe.
Me extiendo sobre la hierba
Pronuncio los nombres estelares.
Y ese otro nombre que me aguarda

LUNES


Maitines


Traspasado
por la impaciencia de un timbre
Abandono la tierra de los sueños.
Con el alma y los ojos entreabiertos
Mi sitio
El mundo:
pared rosa anaranjada,
La ventana conceptual incomprensible,
Libros leídos y no leídos.
Fotos de rostros amados.
Ropa tendida en el desorden de las horas.
Lentamente me muevo
Y mis pies aterrizan sobre el frío.
Hago la reverencia a la Vida.
Y me asomo al balcón
Antes que despierte
el Ojo de Oro.
Hacia el oeste el cerro
Se va aclarando y emerge.
La estrella feliz
Que guiña fascinación.



Laudes

Con el Menuett II de Feuerwerksmusik
Camino entre los ruidos, Autos y gente.
Mis oídos se dejan invadir por esa música que suena para mí desde siempre.
Rostro iluminado
Lo contemplan tristes espectadores
Desconfiados de mi felicidad
Detrás de los vidrios
Desaprueban o acompañan.
Un ser exquisito baja su ventanilla y se me revelan
Sus ojos.
Mi mirada es la suya.
Juntos en el viaje del deseo.
Volamos a las faldas de la
Tierra amable para los sedientos
Su brazo me rodea reverdeciéndome
Y mis manos lo recorren.
Construimos el puente más largo y fuerte
Por donde atraviesan
Todos los fuegos y dichas de la antigua literatura.
Una fiesta.
Semáforo en verde y él extasiado como yo. El bocinazo.
La marcha continúa.
Claro que existes
¡Hoy lo ví!




Prima

El órgano estalla en armonías
Me siento tan fresco
Esta mañana del último verano.
Abro las puertas del jardín
Me dejo seducir
No puedo separarme de
Esta naturaleza acogedora
Mi cuerpo color tierra
Exige la voluptuosa vegetación
Y el curioso explorador
Que recorra y descubra
Sus frutos
Nostalgia de placer.
Sed.


Tertia



Mi dedo
En la caracola
Descubre el olvidado grano de arena.
En la punta del dedo
Todo el océano



Sexta


Abro la caja. Los lápices
Caen sobre el escritorio.
Delicioso sonido.
Palitos finos de colores dibujan la gracia.
El papel alberga el gozo
de los trazos
Juego y oro.
No encuentro otro modo.
Un paisaje:
Tus ojos de brisa
Tus mejillas amanecidas
Tu piel




Nona


En la bóveda las alegorías.
Ciencia, sabiduría
Y no sé qué otras pretensiones.
¿Cómo pintar tanto fulgor?
Bajo mis ojos
Busco el libro de oración.
Sólo encuentro las obras de van Gogh.
Me acerco al ventanal medieval

Lo veo pasear por el jardín con el hábito negro.
Resuena en mi memoria
Cierta aria
enciende la hoguera.


Vísperas

Líneas de una vida que se mezclan con otras
sobre mi palma
No hallo ninguna
Unida a otra.
Quizás deba trazarla yo mismo.
Mis pisadas no tienen
Compañía
Palabras
Retumban con torpeza.
Ocaso de ternuras
Que en vano esperé este día.
Unos acordes
Para estas horas descoloridas.
En otra habitación,
Allá arriba,
Él respira también
Ansias



Completas


Cubro
Para que no sienta tanto frío
El latido frenético
Que llevo dentro.
Intacto el secreto
Dormirá a mi lado.
Para sorprenderme quizás mañana